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Hollande: Apoyamos el levantamiento del bloqueo

El Presidente cubano Raúl Castro Ruz y la delegación que le acompaña fueron recibidos de manera oficial esta mañana en una emotiva ceremonia realizada en el Arco de Triunfo, uno de los monumentos más significativos de París, en cuya base se encuentra la Tumba al Soldado Desconocido. Foto: AP

El Presidente cubano Raúl Castro Ruz y la delegación que le acompaña fueron recibidos de manera oficial esta mañana en una emotiva ceremonia realizada en el Arco de Triunfo, uno de los monumentos más significativos de París, en cuya base se encuentra la Tumba al Soldado Desconocido. Foto: AP

Palabras de François Hollande, Pre­sidente de la República Francesa, durante la cena ofrecida al General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y Ministros de la República de Cuba, en el Palacio del Elíseo, el 1ro. de febrero de 2016. (Versiones Taquigráficas–Consejo de Es­ta­do)

Estimado amigo Raúl Castro;
Señor Presidente del Senado;
Señor Presidente de la Asamblea Nacional;
Señores Ministros;
Señoras y señores:

Todos los que están aquí hoy son amigos de Cuba y han querido estar alrededor del Pre­si­dente Raúl Castro y junto conmigo para ex­presar la fortaleza de la amistad entre am­bos países.

Quisiera además expresar un agradecimiento a esta visita y a su importante delegación que acompaña al Jefe de Estado cubano. Es la primera visita de Estado que se realiza desde el inicio de las relaciones Cuba-Francia. En este sentido, este día es histórico. El año pasado fui el primer Jefe de Estado occidental recibido en Cuba. Muchos otros me han seguido y casi el mundo entero quiere acompañar a Cuba en su desarrollo.

Me complace mucho constatar los gestos que ha hecho el presidente Obama durante estos últimos meses, pero lo más importante queda aún por hacer: el levantamiento unilateral del embargo que desde hace demasiado tiempo inflige sufrimientos inaceptables al pueblo de Cuba y obstaculiza los intercambios que podemos tener con ese país.

Francia fue una de las primeras naciones en denunciar en la ONU esta decisión de embargo y bloqueo. Nuestra diplomacia apoya cada año en la Asamblea General la Resolución sobre la necesidad de levantar el bloqueo.

De igual forma, Francia tiene la voluntad de acercar a la Unión Europea y Cuba, en particular con respecto a la posición común que obstaculiza los intercambios y ya ha perdido todo su sentido.

Como dije en La Habana, el pueblo francés siente afecto por su país, señor Presidente. En efecto, tenemos vínculos que se remontan al siglo XVI. No quiero ir más allá para no cometer errores históricos. Sabemos que en el siglo XVI ya hubo corsarios franceses que llegaron a las costas cubanas. La ciudad de Cienfuegos fue fundada por originarios de Burdeos, y la arquitectura y la cultura francesas están hoy muy presentes. Luego, muchos franceses se establecieron en Cuba después de la Revolución de Haití para implantar el cultivo del café que seguimos hasta la actualidad mediante un comercio equitativo y se acaba de firmar un acuerdo al respecto esta tarde. Luego las ideas circularon con los hombres.

Sabemos lo que nos une: nuestras dos banderas portan los colores blanco, azul y rojo; y su himno La Bayamesa también tiene algunos acordes de La Mar­se­llesa. Compartimos el mismo apego a la independencia.

José Martí, su Héroe Nacional, durante su exilio en Francia lo evocó con Víctor Hugo en su célebre encuentro. El coraje de los insurrectos cubanos, especialmente de las mujeres cubanas inspiraron algunas de sus más bellas páginas.

Después, mucho después, en la segunda mitad del siglo XX, somos conscientes de lo que Cuba pudo representar para muchos pueblos que luchaban por su liberación. Y aquí hubo mujeres y hombres que apoyaron su Revo­lución, y nuestros países, a pesar de las tensiones internacionales, a pesar de ciertas divergencias, han mantenido relaciones de respeto.
El presidente François Mitterrand recibió al presidente Fidel Castro en una visita privada, en 1995; pero reitero que ningún Presidente cubano anteriormente había realizado una visita oficial a Francia.

Conocemos bien nuestras diferencias, pero lo que nos une es más fuerte. No siempre tenemos las mismas concepciones sobre todos los temas, especialmente sobre los derechos humanos, pero nuestra amistad nos permite hablar de ellos libremente y eso es lo esencial.

Cuba es respetada y escuchada en toda América Latina.

Cuba ha desempeñado un papel esencial en el proceso de paz de Colombia, cuyas negociaciones se realizan en La Habana que buscan poner fin a un conflicto que ya dura más de 60 años. Esta solución no se hubiera podido encontrar sin la mediación de Cuba.

Asimismo, los estrechos vínculos que sostiene Cuba con Venezuela son una carta de triunfo para hacer prevalecer el diálogo en ese país y de ese país con sus vecinos.

Y no olvido la solidaridad demostrada por Cuba a todo el continente ante cada reto. Pienso, en particular en el Caribe, donde Fran­cia está presente con sus territorios de ultramar. Por eso digo que Francia y Cuba son países vecinos. Tra­ba­jamos con ustedes para desarrollar la región en su conjunto.

Finalmente, quisiera señalar cuán útil fue la voz de Cuba —y Laurent Fabius es testigo de ello— el 12 de diciembre durante la Con­ferencia realizada en París sobre el clima. Pero en esa noche del 12 de diciembre hubo otra negociación, más discreta, pero más esencial para Cuba. Fue la reunión del Club de París, que esa noche anuló la deuda de Cuba.
Deseaba cumplir el compromiso que hice con ustedes durante mi visita en mayo último. Esta decisión va a favorecer el acceso de Cuba al financiamiento internacional y al nuestro en primer lugar.

La Agencia Francesa del Desarrollo aportará una contribución importante. Las empresas francesas —y aprovecho para saludar a sus representantes aquí presentes— están dispuestas a invertir aun más. La agenda económica que acabamos de firmar ambos países establece la lista de sectores, que además no son pocos: la infraestructura, el sector agroalimentario, el medio ambiente, la energía, el turismo, y podría agregar la cultura, porque yo quiero agregar la cultura que siempre ha unido a nuestros países.

Alejo Carpentier, el autor de El Siglo de las Luces y de Los Pasos Perdidos, fue por mucho tiempo re­presentante de Cuba en París. Los ideales de la Re­volución francesa inspiraron su obra y su amistad con Robert Desnos inspiró su amor por nuestra lengua. Habrá quien recuerde la participación de Alejo Carpentier en programas de televisión, especialmente el de Bernard Pivot, que se emocionaba considerablemente por lo que contaba de su país y por los vínculos que quería establecer con la cultura francesa. Esta relación cultural tuvo una continuidad con el pintor Wifredo Lam, cuyas obras se presentan en el Centro Pompidou, quien vivió en París y fue amigo también de Picasso.

El Festival de Cine Francés en La Habana, cuya decimoctava edición se celebró en abril del año pasado, constituye un lugar excepcional para compartir las obras.

También quisimos que un Mes de la Cultura Francesa se organizara este año en Cuba. O más bien fueron ustedes los que quisieron que así fuera. Y nosotros aceptamos voluntaria y gustosamente.

Eventos de más relevancia se están preparando. Especialmente conciertos. Yo sé que aquí hay un Disc Jockey muy célebre que se volverá una realidad para los cubanos y que es sumamente conocido para nosotros.

Nuestros países comparten el mismo apego por la educación y la ciencia. Deseo que más alumnos universitarios puedan ir y venir con más facilidad y que podamos recibir muchos más. Asi­mismo, debemos trabajar juntos con vistas a la validación de los diplomas.

En mayo pasado, durante mi visita a La Ha­bana, tuve la oportunidad de inaugurar la sede de la Alianza Francesa. Esta sede ocupa un lugar magnífico, en uno de los más bellos edificios de la capital cubana, el Palacio de Gómez. Debo recordarles que gracias a Che Guevara, entonces ministro de la República, Francia tuvo la suerte de disponer de esta institución en La Habana. Actualmente, 12 000 cubanos aprenden allí la lengua francesa. Es por ello que ese fue un momento también muy emotivo de mi visita.

Un país culto es fuerte y libre, incluso si no tiene todas las riquezas del mundo, decía José Martí. Ahí se ve tanto en el caso de Cuba como en el de Francia, nuestra capacidad de resistencia ante las pruebas. Y lo demostramos una vez más el año pasado, y ustedes también, en otras circunstancias, han resistido las pruebas.

Francia lo acoge, estimado Raúl Castro, convencida de que los talentos de Francia, los recursos y las empresas sabrán acompañar a Cuba en su desarrollo original y respetarán su identidad.

Es para celebrar la amistad entre Francia y Cuba que propongo un brindis por la amistad entre Francia y Cuba, por usted y por su delegación. (Aplausos).