Cubadebate

Por Daril Gutiérrez Rodríguez,  médico cubano

Desde su nacimiento la Revolución cubana lleva incorporadounimportante sentimiento de humanidad, de respeto a la dignidad y de solidaridad para con su gente, así como para con todas las causas justas fuera de nuestras fronteras.Todo esto, heredado de los más puros sentimientos de nuestras luchas de Independencia. El desarrollo humano ha sido su principal baluarte.
Al solo citar algunos ejemplos de lo que constituyen hoy tres de los más poderosos “ejércitos” que llevan incorporados en su doctrina el multiplicar bienestar, felicidad, generosidad, altruismo, solidaridad, respeto y tenacidad; podemos entender que grande puede ser un proyecto de vida.

Nuestro ejército de batas blancas al cual no le bastó con los inmensos logros de las cienciasmédicasal interior del país que han llevado a convertirnos en una potencia en esta rama,solo comparable con países desarrollados; porsu esperanza de vida al nacer, su mortalidad infantil antes del año y de los 5 años de vida, su mortalidad materna, su nivel de desnutrición infantil, su desarrollo en la biotecnología y en la producción de medicamentos, por solo citar algunos ejemplos; si no que además ha llevado todo este caudal de conocimiento y de convicción humana a cada uno de los lugares de este planeta donde ha sido necesario. Teniendo como punto cumbre la participación inmediata y segura de una brigada de salud compuesta por médicos y enfermerosque pertenecen al Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias “Henry Reeve” creado el 19 de septiembre de 2005 por nuestro Comandante en Jefe después del paso devastador del Huracán Katrina por las costas de EEUU, en el enfrentamiento a la epidemia del Ébola en África Occidental.

Esta acción de nuestros médicos cargada de amor y de profesionalidad ha merecido reconocimiento de diferentes gremios internacionales así como de instancias políticas de todas las ideologías. No pudiendo permanecer ciego ante tan convincente acción, el Gobierno de los EEUU en voz de su secretario de Estado, John Kerry, resaltó tan importante contribución.

Esto se realiza frente a los más graves riesgos, que incluyen la perdida de la vida, observando esta susceptibilidad en el contagio de uno de nuestros compañeros con el virus del ébola, quién desde su lecho de convalecencia ha mostrado su interés de regresar al enfrentamiento de tan temida enfermedad.

Nuestro Ejército de profesionales de la educación diseminados en todas las latitudes de este planeta, enseñando las primeras letras y números a millones de seres humanos marginadospor las políticas localesdurante siglos, agravándose desde la creación del capitalismo como opción de vida en mucho de nuestros países.

Con el método de alfabetización “Yo, sí puedo”, nuestro país ha contribuido de la manera más digna con el desarrollo de nuestra “Patria Grande”. Incluso países del llamado primer mundo adoptan este método con el fin de masificar la educación. Nuestro Ejército de profesionales de la educación ha librado la batalla contra el analfabetismo, de esta manera se han declarado libres de este flagelo países hermanos como Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia.

Y, es que nuestro pequeño país, de escasos recursos y con una economía bloqueada, ha llevado su método de alfabetización y miles de asesores pedagógicos a decenas de estados del mundo, logrando alfabetizar a 8 millones de personas fuera de su territorio.

Hoy Cuba asesora e incorpora este programa en planes nacionales y regionales a solicitud de numerosas instituciones internacionales. Hace unos días se leía que “Panamá relanzará su programa nacional de alfabetización con apoyo de Cuba”; que “el presidente de El Salvador agradeció al Gobierno de Cuba por su ayuda en la reducción del 5.31% del analfabetismo”; que “más de 20 000 personas han sido alfabetizadas en Guatemala”; o que “el estado mexicano de Michoacán ha sido declarado libre de analfabetismo gracias a Cuba”.

Nuestro Ejército de atletas acaba de lograr lo que la mayoría de medios de la derecha fascista daban como imposible por la supuesta “crisis en la que se encuentra sumido el movimiento deportivo cubano”. La victoria de nuestra delegación en los Juegos Centroamericanos y del Caribe efectuado en Veracruz demuestra la solidez, la firmeza, la nobleza, el amor a la bandera y la entrega de este movimiento.

Las 123 medallas de oro conseguidas por Cuba, país de 11.2 millones de habitantes, multiplican por 12 en relación a su per cápita a las conseguidas por México, inmediato seguidor y país cede, con 122.3 millones de habitantes.
Sin embargo de manera insistente y restándole importancia al desempeño de nuestros atletas, la noticia a la que los medios de la derecha latinoamericana y la de Miami le daban cobertura mediática estaba relacionada con la deserción de 9 deportistas, de un total de 652, con la intención de ser aceptados como refugiados políticos a través de la llamada Ley de Ajuste Cubano. Una verdadera farsa, porque todas estas personas son migrantes económicos, no políticos, que, de pertenecer a la delegación de cualquier otro país latinoamericano, serían rechazados categóricamente en la frontera.

Miguel Díaz-Canel, primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en días recientes, al recibir a nuestros atletas,sin lugar a dudas se refirió a todos los que componemos estos “Ejércitos de Humanidad” cuando dijo;
“Nuestros jóvenes ya están escribiendo su propia historia, y están prestos también a dar nuevas victorias a la Patria, a la Revolución y a nuestro Socialismo”.