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Pollo a la Isabela y otras tradiciones vietnamitas (+ Fotos)

En este artículo: Cine, Cuba, Cultura, Vietnam
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Viaje a un país que ya no existe (III)

Imagen cotidiana de las ciudades vietnamitas del norte y del sur.. Fotos: Rafael Solís/Cubadebate

Imagen cotidiana de las ciudades vietnamitas del norte y del sur.. Fotos: Rafael Solís/Cubadebate

Nacido de dragón y hada, Vietnam exhibe desde su geografía la fiereza y la ternura de ambos. Hay algo de la cabeza del mítico animal que escupe fuego, en el ancho y desafiante norte que mira al Mar Oriental de China. En cambio, camino al sur, el país se estrecha hasta ser, como la cintura de las muchachas vietnamitas, tan breves que solo en ellas pueden lucir el típico Ao dai, vestido sobre pantalón que cae como seda en cuerpo de hadas.

Ambas regiones, por su lengua, sus hábitos, sus tradiciones, forman parte indiscutible de un único país, que con esas fuerzas culturales profundas y un coraje inversamente proporcional a la estatura promedio de su gente, ha ido reconstruyéndose a sí mismo después de invasiones y guerras, con una autenticidad impresionante.

Hay, sin embargo, vestigios insoslayables de todas las contiendas, que saltan a la vista en cuanto se cruza la antigua línea de demarcación o Paralelo 17. Tras la instalación del régimen títere de Saigón en 1955, la nación fue quebrada, en su hermosa cintura y dos Vietnam se enfrentaron en Vietnam.

Al norte, la gente sobrevivió en la terrible oscuridad de los túneles, al mismo tiempo que avanzaba hacia el sur con estrategias tan imaginativas y formidables que todavía se estudian en todas las academias militares del mundo. El sur, mientras tanto, se convirtió en una gigantesca base militar, con todos los vicios y los abusos con que los norteamericanos suelen amparar a los gobiernos que imponen en otros países.

Pero ni la famosa barrera electrónica de Mc Namara, que sembró los campos vietnamitas de sensores de calor humano para desaparecerlos de la faz de la tierra, pudo impedir que la artillería del norte, desplegada en piezas a lo alto y lo largo de la cordillera, a lomos de bicicleta, convirtiera la estratégica base de Khe Sanh en un infierno del que los rangers huyeron dejando hasta el alma detrás.

Una gigantesca foto de dos ancianas abrazadas al final de la guerra, apenas sugiere la gravedad de la fractura humana que duró 20 años. Otra, que alguna vez fue portada de The New York Times, recoge la vergüenza de los derrotados. Ambas comparten protagonismo en el museo del Paralelo.

La huella de aquella separación es particularmente visible, por ejemplo, en la edad de las construcciones civiles o en la gerencia turística.

En el norte prácticamente todo es nuevo, de ahí el desconcierto de Iván Nápoles, que no logra reconocer prácticamente el mundo de destrucción, soledad y muerte, que filmó para el cine cubano hace 40 años. Nada que ver con el dinámico crecimiento urbano que ahora es una constante a lo largo de la Carretera 1.

Al sur del paralelo apenas hubo bombardeos. Los B 52 solo golpeaban la zona cuando las fuerzas del norte las habían recuperado. Ocurrió en la ciudadela imperial de Hué, maravilla arquitectónica y patrimonio cultural de la Humanidad que ahora reconstruyen el gobierno vietnamita y la UNESCO.

Por lo demás, la variedad y antigüedad de las edificaciones es tan apreciable como la experiencia gerencial en hoteles y restaurantes. Al sur conocen mejor los gustos occidentales.

El equipo cubano que filma “Los ojos de Santiago” puede definir el cruce del paralelo a través de su paladar. Hay un antes y un después que quedará registrado en el resumen de los días aquí por un plato que jamás fue probado: el pollo a la Isabela.
Apareció por primera vez en un almuerzo en Hanoi. Totalmente hervido, tiene el color de los cabellos de la directora de nuestro documental y se sirve con la cabeza intacta, incluyendo la cresta y el pico de la gallina.

Esa experiencia y la imposibilidad absoluta de encontrar algo distinto a las cotidianas sopas de vegetales con arroz blanco y carnes siempre picadas, siempre en salsa, siempre picantes, nos convirtieron en adictos a la variante vietnamita de los spaguetis, hasta llegar a Hué, donde nuestro sonidista Tato, gritó “al fin, pizzas…”, con la misma pasión con la que los hermanos Pinzón deben haber gritado “tierra” en 1492.

Hay toneladas de anécdotas en este cruce de culturas, que no caben en una crónica de ambiente. Quede solo, como el pollo a la Isabela, otra constancia de la diferencia. Marcelo, la segunda cámara del grupo, catador de cuanto plato se oferta, es el único que se atrevió a probar el batido de frijoles negros. Cuando le preguntamos a qué sabía, dijo exactamente lo que nos imaginamos: “a potaje frío…”

De las ansiedades que nos generó el norte por el pan, que hay pero no suele servirse en las comidas y era nuestro único consuelo ante los platos raros, surgió un lenguaje de señas indescriptible con palabras. Para siempre quedará en la memoria colectiva, una eficiente camarera que corría sin dejar de sonreir, poniendo cualquier cosa sobre nuestra mesa, sin adivinar qué pedíamos, aunque para ilustrarlo, Marcelo se arriesgara a meter las manos en el hornillo de los desayunos.

Ese día aprendimos para siempre que banh mi es pan en vietnamita y que todo el pueblo de este largo y hermoso país es capaz de complacer a sus huéspedes amigos con la fiereza de un dragón y la ternura de un hada, pero nadie lo apartará de las tradiciones que lo han sostenido por más de un milenio.

Altares en todos los rincones, al norte y al sur. Fotos: Rafael Solís

Altares en todos los rincones, al norte y al sur. Fotos: Rafael Solís

Altares en todos los rincones, al norte y al sur. Fotos: Rafael Solís/Cubadebate

Altares en todos los rincones, al norte y al sur. Fotos: Rafael Solís/Cubadebate

Hotel Century Riverside, en Hué, experiencia gerencial del turismo al sur del paralelo 17. Fotos: Rafael Solís/Cubadebate

Hotel Century Riverside, en Hué, experiencia gerencial del turismo al sur del paralelo 17. Fotos: Rafael Solís/Cubadebate

Isabel Santos y el equipo de realización del documental en una de las puertas originales de la ciudadela imperial. Fotos: Rafael Solís/Cubadebate

Isabel Santos y el equipo de realización del documental en una de las puertas originales de la ciudadela imperial. Fotos: Rafael Solís/Cubadebate

Se han publicado 10 comentarios



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  • ERNESTO dijo:

    caballeros , pero hubo que enviar a Arlen a VietNam para hacer algo que con solo entrar a intenet se conoce... vaya vaya...........Asi andamos

    • gilberto dijo:

      mmmm.......why not? a mi me parece bien

      deberiamos quitarnos ya el fantasma de "enviaron a un viaje" "dieron un viaje"

      el cubano que desee ir a Vietnam en este momento , puede ir tengo entendido, com puede ir a Japon.

      hay que tener dinero, si, como en el resto del planteta tierra, no vivimos en Jupiter.

      pero lo importante es tener el derecho de hacerlo, y dejar de pensar "que me lo den o me envien"

  • rommel dijo:

    es un pais y un pueblo digno de admirar casi 3 millones de muertos en una guerra de exterminio , mas del 30 porciento del territorio desvastado , hoy viet-nam es una de las economias con mas alto crecimeinto del mundo , el año pasado crecio un 6.8 porciento , viet nam es la segunda nacion mas favorecida en el comercio con los estados unidos despues de china , a finales de los 70s tecnicos cubanos trabajaron en el cultivo del cafe en viet-nam , hoy en dia es el 3 productor mundial de cafe del mundo, cambiaron las bicicletas por motos y ya estan cambiando las motos por autos , es un ejemplo digno a seguir

  • Bary dijo:

    Arleen:
    Te comprendo perfectamente, pasé por esa "dieta" en 1995. Pero es lo de menos ante la grandeza del pueblo vietnamita. Conocerlo de cerca es una experiencia inolvidable.

  • Onelio García Pérez dijo:

    Los vietnamitas (asiáticos) son personas abnegadas, trabajadoras. Es evidente que han cambiado radicalmente un país que estuvo hecho escombros.

    Me admira que hay muchas motocicletas nuevas en esa ciudad, en La Habana too tenemos algunas motos clásicas & antiguas y para los que gustan de las costumbres disfruten las fotos de una tradición motera cubana por: ”El día del motociclista ausente” publicada en Cubasi.

    http://www.cubasi.cu/cubasi-noticias-cuba-mundo-ultima-hora/item/18236-dia-de-los-padres-una-tradicion-motera-bien-cubana-%20-fotos

  • silvia dijo:

    Holaaaa amiga maravilloso todoo, ese privilegio de estar alli en ese pais heroico y triunfante, vale la pena como diria Calviño.
    un beso grandeeeeeee

  • Amaury Pérez dijo:

    A Arleen "no la enviaron" a Viet Nam. Eso que hacen todos por allá surgió de una idea de Isabel Santos para honrar, con un documental, al Maestro Iván Nápoles camarógrafo de Santiago Alvarez cuando la guerra genocida de USA contra la patria del Tío Ho. Hasta donde sé, y sé bastante, los gastos de ese generoso gesto los paga el Ministerio de Cultura de Viet Nam porque les sedujo la idea del homenaje a Iván.
    Me parece una maravillosa iniciativa que aplaudo y comparto.
    Me encantó también esta III parte. Abrazo a todo el equipo de filmación en la distancia.

  • LLEKYAM dijo:

    A mi tambien me gustaria conocer ese país ya que tuve una copañera que estudio conmigo y era de Vietnam y era muy buena persona,además muy solidaria

  • Felus dijo:

    Ojala que tuviera un socio por allá y me costéara el viajecito,para poder ir a conocer las culturas vietnamitas ,así sus costumbres ,su desarrollo´´y otras cosas más ,bueno pienso que los sueños se hagan realidad,porque sin denerito no vas ni a la esquina de tejas

  • LAZARO RAMIREZ. dijo:

    HABLANDO DE ECONOMIA,PALABRA SUBLIME ,QUIEN PAGA ESTOS TURS,YO,MI MESA,LA COLA DE LA FARMACIA,CUIDADO AMOR.

Se han publicado 10 comentarios



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Arleen Rodríguez Derivet

Arleen Rodríguez Derivet

Periodista cubana y conductora del programa de la televisión cubana "Mesa Redonda", que transmite una emisión especial para Telesur. Es coautora del libro "El Camaján".

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