Por Rebeca Chávez
Recuerdo el momento preciso que Elizabeth Mirabal dijo que en un proverbio africano se advertía "Si no conoces el pasado no puedes entender el futuro". No sabía ni suponía que ella iba a empezar así, con esa precisa idea, su entrevista. Sentí que se confirmaba la esencia de lo que proyectaba y que eso era o sería Luneta No. 1. Porque esta idea acompaña y está en la intención del documental, evidente unas veces, otras evocado y también de manera directa. Un viaje en un tiempo no-cronológico que nos invita desde la intimidad y la fuerza del testimonio, a un recorrido por los pasajes más sensibles de la política cultural cubana en los últimos 50 años, sobresale la idea de un país y una revolución en constante movimiento y tensión, adquiere cuerpo una trayectoria con sobresaltos, quiebros y retrocesos a la vez que luminosidad. Mirar a un pasado al que no siempre hemos querido o podido mirar, casi desconocido por la falta de referencias, pero un pasado que a todos nos implica y condiciona y que está allá y aquí, en el antes, el ahora y el después. El documental creo que expresa también el abrazo, a veces cálido y a veces asfixiante, entre la política, la cultura y la resistencia cultural como conflicto natural y propio en una Revolución que también es luz.
Por eso los testimonios de los protagonistas miran desde diferentes puntos del espacio, el tiempo y la vivencia, así Alfredo Guevara nos proporciona las claves indispensables para conocer el impacto de acciones del pasado -propias y ajenas-- que pueden explicar los procesos actuales, entrelazando su examen personal con la sociedad toda. Absolut Revolution de los artistas Nelson Ramírez y Liudmila Velasco Petrulina al colocar en diversos escenarios el símbolo de la Plaza de la Revolución me atrajo siempre porque más allá de lo evidente subyacen interrogantes...y misterio: ¿Cómo viven y reciben la revolución ellos que nacieron en1969, con una experiencia y cercanía a dos países de la Europa de este que son otros y los mismos ahora.
Carlos Velazco y Elizabeth Mirabal tienen alrededor de 25 años... 'el pasado social', la curiosidad y la necesidad de saber los hacen 'visitar' y bucear en el ámbito cultural y político de la más reciente historia cubana: conocer las raíces, las tramas, los errores y los triunfos...y escribir de esa otra Cuba y eso los hace, para mí, intérpretes penetrantes desde el siglo XXI de un universo lleno de matices. La síntesis y la densidad del testimonio de Guillermo Jiménez es una suerte de cierre de la narración y al mismo tiempo abre una secuencia de preguntas al presente y al futuro, aporta referencias y provocaciones a los menos enterados o sin información que, enfocados en el ámbito de la cultura, es posible encontrar en otras zonas de la vida cubana y exponer ideas que aún siendo contrapuestas deberían ser vistas como una fortuna por el enriquecimiento de puntos de vistas. Cualquiera de estas variantes que provoque el documental puede ser lícita y hay que estar dispuestos al ejercicio del debate. Luneta es una propuesta a que sigamos sentados o nos levantemos de ellas. Se es protagonista y testigo al mismo tiempo. Causa y efecto. También encierra la idea de que a través del cine es posible ver y volver a ver viejas acciones con nuevos ropajes, interactuando con el espectador pero siempre llamando la atención sobre el escenario contextual, el gran espacio que es la Revolución y su riqueza y es que como escribió Karl Marx "no existe fenómeno aislado".