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Obama en Cartagena de Indias

Por Orestes Hernández

El mexicano Mario Moreno, el inmortal "Cantinflas", fue célebre, entre otras muchas virtudes por hacer reír, al desarrollar unos parlamentos interminables y corridos a gran velocidad por varios minutos en los que sus interlocutores casi siempre se iban creídos de que habían comprendido lo que éste les había dicho y "Cantinflas" por su parte hacía de las suyas, evadía el regaño de algún representante del orden o conquistaba a la doncella más bella del barrio.

Recuerdo en particular su formidable participación como barrendero, en la película homónima en la que no solo nos hacía creer que era un maestro con el escobillón en la mano, sino que además nos convencía de ello.

Desde mi niñez de espectador y en las visitas a los cines de barrio de la Habana de la época (como los extraño!!!!), tengo aún en mi memoria que luego de muchas escenas de conversaciones de "Cantinflas", terminaba yo preguntando a mis padres:

¿Y éste qué dijo ahora?,

Y casi siempre recibía la misma respuesta de mis progenitores:

¡Qué se yo!!!!

Todo lo cual me generaba muchas veces un desconcierto permanente, solo roto ante la general carcajada que provocaba la actuación del "Gran Cantinflas."

Traigo a colación el recuerdo de quien fue no solo un gran cómico sino un excelente ciudadano de su país según la apreciación de la mayoría de los mexicanos que conozco, porque en realidad luego de "escuchar" las palabras de Obama al finalizar el encuentro con el Presidente de Colombia José Manuel Santos, al concluir la Cumbre de las Américas, me vino a la mente el querido personaje del humor mexicano.

Los que seguimos el desarrollo de la Cumbre, que tuvo lugar este fin de semana en la hermosa Cartagena de Indias, Colombia, no pudimos darnos cuenta en detalles de lo que realmente se discutió allá dentro, en el Centro de Conferencias.

Por obra y gracia de la decisión de los poderosos de este mundo, la Cumbre no fue televisada.

Pero de analizar tamaña violación del derecho a la información, el sacrosanto derecho humano por el que se pretende acusar permanentemente a Cuba, se encargaran seguramente decenas de periodistas de todo el mundo.

Quiero volver, a lo que se me ocurre nombrar el "cantinfleo" de Obama en Cartagena de Indias.

Sabiendo lo que le esperaba en la Cumbre, (o no todo), el Presidente de EE.UU. en camino hacia Colombia hizo declaraciones al "Grupo de Diarios América" en las que repetía hasta la letanía el cuento que ni él mismo se cree ya sobre la "necesidad de que Cuba cambie para que pueda ser aceptada de nuevo en el concierto de las Américas".

O sea que Obama empezó con su "cantinfleo" incluso antes de llegar al encuentro con el resto de las 32 delegaciones que lo esperaban (o no!).

Decía que no sabemos (todavía) que pasó en el interior de la Cumbre, por lo que no podemos decir quién se le "plantó bonito" al representante del imperio y quien no (algún día se sabrá porque como decía mi católica abuela: "Nada está escondido entre el cielo y la tierra!) en cuanto al tema Cuba y al tema de las islas Malvinas, (que son y serán siempre Argentinas) los dos temas más álgidos de la Cumbre.

Solo puedo dar fe de lo que digo, luego de ver la conferencia de prensa que Obama ofreció a "periodistas" (a todas luces escogidos), luego del encuentro bilateral con el anfitrión de la Cumbre.

Un Obama, cansado, evidentemente avejentado y por momentos inquieto, respondió, luego de unas pocas y también "cantinflescas" palabras, cuatro preguntas de periodistas a los que curiosamente se les llamo por su nombre (y por qué no se le dio la palabra a TELESUR?).

Solo un par de comentarios sobre las palabras del distinguido Premio Nobel.

Obama fue capaz de expresar: (mas o menos cito)

1.- "El libre mercado es la mejor herramienta para garantizar la generación de riquezas".

(Que se lo diga a los miembros de "Occupy Wall Street" y a los millones de españoles que hoy salieron en Madrid).

2.- La historia de EE.UU. demuestra que como ningún otro país del mundo hemos dado las mejores oportunidades a su gente y por eso somos la mayor superpotencia".

A ver Obama, hagamos cuentas sobre los millones de latinoamericanos, asiáticos y afro norteamericanos que pueden "dar fe" de todo lo que dice.

Todavía están apareciendo consecuencias del Katrina.!

Otra vez: Mejor le responden los "Occupy..." en todos los EE.UU. y sobre todo los millones de latinoamericanos que deportan todos los años por la fuerza, o mueren en el muro que han levantado en la frontera con México.

Pero volvamos al tema de Cuba y Malvinas en lo que ya es un clásico del "cantinfleo" de Obama.

Los 4 periodistas volvieron a los temas mencionados una y otra vez y el "mago" de la palabra nunca dio una respuesta que mostrara que al menos lee los diarios o revisa los resultados de su "genocida" y estúpida posición en ambos asuntos.

Sobre Malvinas, cual Poncio Pilatos contemporáneo, se lavó las manos y dijo (más o menos):

"Somos amigos de ambos (Argentina y Reino Unido) y solo deseamos que lo resuelvan como puedan. En este punto seguiremos siendo neutrales"

Esas palabras deben quedar registradas en la memoria de cada argentino y argentina como la muestra de la segunda parte de la traición de EE.UU. hacia aquel en el caso de la independencia de las Islas Malvinas.

Demasiada sangre se derramó en el "General Belgrano" para al menos no llamar "cobardía" las palabras de Obama y "consecuentes" con su actitud imperial.

En el caso de Cuba fue digamos más cínico.

No solo repitió hasta la saciedad los argumentos inconsistentes respecto a "democracia", "derechos humanos" y etc, etc, sino que lo hizo de una manera tan "cantinflesca" que no mostró más que su complicidad con el genocidio que el bloqueo significa.

Obama con esas palabras desconoció lo que todas las naciones del continente llevan diciéndole desde principios de los 90 en Naciones Unidas: ¡Señor su política es un fracaso!

Pero esta mueca de "Cantinflas" que es el Presidente de EE.UU. fue capaz de decir que la política hacia Cuba está sustentada en la intención de "dar al pueblo" la oportunidad de que le llegue la "libertad".

¿Y quién le dijo que el pueblo de Cuba lo necesita a él?

Obama utilizó esta vez un argumento que no es nuevo pero ciertamente por vez primera lo intenta sistematizar en su retórica.

Dijo y repitió que "él no desea hablar del pasado en el caso de Cuba", e incluso con anterioridad habló de que para la fecha en la que se declaró el "bloqueo" él no había nacido".

Obama trata de esta manera, además de hacerse el simpático (que bastante mal le queda), de zafarse de su responsabilidad en el genocidio contra el pueblo cubano que su política significa.

Recuerdo, creo que a unas pocas semanas de llegar Obama a la Casa Blanca, el Cro. Fidel, en una de sus reflexiones aludía a que el nuevo Presidente, tenía la posibilidad de "no ser cómplice" de una política que se inició ciertamente antes que él naciera.

Pero el tema es que ya Obama no sólo se volvió cómplice, sino protagonista de ese genocidio.

Está registrado ya en la memoria histórica del pueblo cubano (instruido y culto gracias a la Revolución) como verdugo de mi pueblo y alguna vez tendrá que rendir cuentas de sus fechorías.

Mientras tanto, debo confesar que el viejo "Cantinflas", el gran "Cantinflas" volvió a mi memoria de estos días como el mejor resultado de la Cumbre de la Américas, además de la resistencia de mis hermanos de la región ante el cínico "cantinfleo" de Obama en Cartagena de Indias.

Desconozco además, y no sé si le hubiera gustado al comediante saber que allá en el norte se le declaró como por arte de magia un pariente lejano.

Y como en mis años infantiles, cuando disfrutaba a gusto de las películas de Mario Moreno, cada vez que tenga ahora la obligación profesional de escuchar a Obama en sus diatribas contra Cuba, Argentina, Venezuela o cualquier otro pueblo de nuestro continente, no tendré otra alternativa que luego de terciarme el fusil de la palabra o de la defensa, preguntarme:

¿Y éste, qué dijo ahora?