Cubadebate

Por Jesús Dueñas Becerra

"Honrar a los muertos es vigorizar a los vivos"
José Martí.

En horas de la tarde de este domingo, recibí por correo electrónico la triste noticia relacionada con el lamentable deceso de la señora Ruth de la Torriente Brau (1913-2010), la única sobreviviente de las tres hermanas del escritor, periodista y combatiente internacionalista, Pablo de la Torriente Brau.

Intelectual martiano y revolucionario, que puso su pluma y su rifle en defensa de la República Española, y en la flor de la vida (a los 35 años de edad), fue ultimado por las balas fascistas en la guerra civil que azotó a esa nación europea entre 1936 y 1939.

No sé por qué asociación de ideas, acudió a mi memoria la última vez que vi con vida a Ruth, quien conservara viva tanto la memoria familiar, como la fecunda herencia intelectual y espiritual legada por su idolatrado hermano a la juventud cubana e iberoamericana de ayer, hoy y mañana.

Fue en el acto de entrega de la distinción "Pablo", que otorga el Centro Cultural que lleva su ilustre nombre, a la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, directora del Ballet Nacional de Cuba (BNC); solemne actividad que recogí en una crónica ¹ que dedicara a la eximia ballerina y publicara en el portal de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

Nadie de los que estábamos allí podíamos imaginar que sólo le quedaban algunos meses de existencia terrenal, porque se le veía tan dinámica, tan llena de energía positiva y de historia por contar, que llegamos a pensar que rebasaría el centenario y que alcanzaría -sin duda alguna- los 120 años de edad.

Evoco a Ruth como a una mujer inteligente, con "ángel" (como dirían los españoles), rodeada de una aureola de paz, que irradiaba afecto y ternura a quienes se hallaban a su alrededor, de hablar firme, pero pausado, que acariciaba la mente y el alma de su interlocutor, cubana ciento por ciento y amante apasionada de la vida y la obra de Pablo.

La carismática personalidad de la "madrina" del Centro Cultural Pablo no cabe en un discurso periodístico o poético- literario, porque la esencia íntima de su "yo" era inatrapable, y cual avecilla que -asustada- emprende veloz vuelo, escapaba a cualquier definición o descripción..., por genial que pueda ser.

No hace mucho una colega de la prensa plana la entrevistó, pero de nada le valió insistir para que hablara un poco más de ella, ya que Pablo era "leit motiv" en las fluidas respuestas con que contestó las preguntas formuladas por la periodista. Entre otras cosas, relató su entrañable amistad con el poeta y jurista Rubén Martínez Villena, de quien fuera compañero de labores en el bufete del sabio cubano, Don Fernando Ortiz, quien los consideraba "hijos intelectuales y espirituales". Así era Ruth: la sencillez y la humildad personificadas; por lo tanto, sería lícito compararla con "la violeta, esa flor que se esconde dentro del follaje, y que, sin embargo, la descubrimos por su embriagador perfume". ²

Ahora bien, para referirse al aporte del Mártir de Majadahonda a la causa de la paz, la justicia y la libertad citó -en ese contexto- una de sus frases antológicas:

"Mi hermano Pablo 'era de los hombres que se transmiten, que legan, generosos, lo mejor de sí a millares de hombres'". ³

Descanse en paz, doña Ruth de la Torriente Brau, porque usted forjó valores éticos, patrióticos, humanos y espirituales, a través de su ejemplo, el cual vivirá eternamente en la memoria de los cubanos de buena sangre y buen corazón.

Notas

1.     Dueñas Becerra, Jesús. Otorgan a Alicia Alonso el premio Pablo. www.uneac.org.cu (Noticias).

2.     Barnet, Concepción H. Vda. de. Citada por Iraida Calzadilla, en El álbum de Clemencia. "Granma". 2005; 41 (195): p. 3 (nacionales).

3.     Torriente Brau, Pablo. Citado por Clara Luz Domínguez Amorín, en Puede venir desnuda. "Tribuna de La Habana". 20 de diciembre de 2009: p. 5.