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Miami tiene un nuevo alcalde, lo próximo en el programa: Cuba y Venezuela

Por Álvaro F. Fernández

miami-versalles-restaurante-mafiaMiami tiene un nuevo alcalde. Su nombre es Tomas Regalado. Antes de su elección la semana pasada, Regalado había sido comisionado durante más de una década. Se distinguió por decir "no" -y en 1999, por una investigación del fiscal del estado acerca de acusaciones de uso ilegal de un automóvil de la ciudad y del abuso de su tarjeta de gasolina.

Les juro que durante el fin de semana me tomé uno, dos y después tres copas de vino (para ser honesto, después de la tercera copa perdí la cuenta) mientras miraba por la ventana y pensaba mucho, realmente mucho, en qué otras importantes características podría tener Regalado para que fuera alcalde de la más importante ciudad de la Florida. Entonces recordé vagamente la edición de The Miami Herald del jueves por la mañana (después de las elecciones del martes pasado) y todo comenzó a tener sentido.

The Herald reportó, y cito: "Una de las primeras cosas que Regalado dijo mientras marchaba a su fiesta de la victoria el martes por la noche fue que no iba a temer discutir acerca de Cuba y Venezuela desde el estrado". ¡Por supuesto! ¿Cómo pude olvidar lo evidente? Vaya, pensé, quizás deba consumir menos vino. ¿Habré olvidado que la influencia de Miami es tan grande que a menudo se nos culpa de dirigir el Departamento de Estado desde el ayuntamiento en Coconut Grove -al menos cuando el tema tiene que ver con Latinoamérica; indudablemente el Caribe y sin duda todo lo que tiene que ver con las relaciones EE.UU.-Cuba? Regalado, al igual que los presidentes norteamericanos, había insuflado nuevas esperanzas a los comandos de café con leche de La Pequeña Habana. Comprendo que el muchacho (¿y cómo quieren que le diga, si solo tiene 61 años? --y debieran ver la edad de sus electores) había prometido a sus adoradores electores que el año próximo la Navidad y el Año Nuevo se celebrarían en Cuba alrededor de un cerdo cocinado en "caja china", haciéndonos regresar mágicamente a todos a 1958, cuando todo era perfecto en La Habana, incluyendo los bombillos que nunca, nunca se fundían... miren si eran buenos.

Alguien me dijo que en algún momento llegó a mencionar que iba a instituir la fecha de Thanksgiving en la isla, pero hubo alguien que lo acusó de plattismo y pronto abandonó la idea. En serio, puede que la tendencia de Regalado a decir "no" a cualquier idea presentada por el alcalde saliente "Money", es decir, Manny Díaz no sea malo.

El problema es que aún no me he encontrado con ninguno de los que están enterados de las cosas de Miami que me pueda decir qué otras opciones presentó Regalado para contrarrestar los muchos actos dudosos del Alcalde Money mientras ocupó el cargo. Y fíjense, el oponente de Regalado en la contienda, Joe Sánchez, un títere del Alcalde Money mientras fue comisionado, solo hubiera mejorado la situación por dos razones: una, es más joven; y dos, es mejor parecido. ¡Eso es! Miami es una ciudad al borde de la bancarrota.

La mayoría de los residentes del municipio están disgustados con los altos impuestos y empeoramiento de los servicios recibidos. Un estadio de béisbol será una gran carga en las finanzas de la ciudad -han invertido millones para pagar por un estacionamiento, y si el turismo sigue decayendo los líderes de la ciudad van a tener que meter mano a los fondos generales de la ciudad para subsidiar el capricho de un millonario propietario del béisbol. Lo siguiente es un túnel que nadie está seguro de si se puede construir debido al suelo de coral y arcilloso de la bahía. Pero aún así, el plan es desviar el tráfico del centro de la ciudad hacia nuestro puerto de barcos cruceros, a un costo estimado de cerca de mil millones de dólares: los que están enterados insisten en que la cifra será mayor de 3 mil millones...

Tal como está decreciendo el valor de las propiedades, igualmente lo hacen los ingresos por impuestos. Las ejecuciones de hipotecas han golpeado a Miami duro con más de 50 000 condominios construidos en los últimos años, y la mayor parte de ellos en deshabitadas pero hermosas torres de cristal en el centro de Miami. Y no hurguemos demasiado en lo que sucede cada noche en una de las grandes ciudades más pobres del país. Como me dijo hace poco un médico residente del Hospital Jackson Memorial: "En una noche cualquiera atiendo en el servicio de emergencia del Jackson no menos de 12 a 15 heridas de bala". (Tengan en cuenta que este es solo un médico entre los muchos del hospital.)

Este médico, que es muy joven, explicó que las víctimas en su mayoría son hombres jóvenes de menos de 30 años, principalmente de Liberty City, Overtown y La Pequeña Habana. Por si acaso el nuevo alcalde no está seguro, los tres son barrios de la Ciudad de Miami. Y en cuanto al Jackson Memorial, también está al borde de la bancarrota y es el único hospital público del área que está obligado a cuidar de todo el que se aparezca -sin importar su condición, con o sin seguro, legal o ilegal. Como ustedes pueden imaginar, la Ciudad Mágica, como a Miami le gusta que la llamen, parece estar en implosión.

Y los primeros pensamientos del nuevo alcalde son su ausencia de temor acerca de una discusión de Cuba y Venezuela. No hay duda de que ofrece una gran esperanza para el futuro, ¿no creen? Es interesante que la semana pasada Miami aún obtuviera felicitaciones debido a que la asistencia a las urnas la noche de las elecciones fue mayor que en otras municipalidades del sur de la Florida que también reemplazaban a alcaldes y comisionados.

La asistencia a las urnas fue de alrededor del 20% --sin contar el número de elegibles, pero que no inscrito para votar, lo cual hubiera llevado la cifra a 10%. Si estudian cuidadosamente quién asistió a votar, verán que los anglos, los negros, los jóvenes y los latinoamericanos (excepto los cubanos mayores de 60 años), no votaron en las elecciones de Miami. Me pregunto: ¿Es este el tipo de democracia que gente como Tomás Regalado quiere imponer en lugares como Cuba?