Hillary Clinton, en conferencia de Prensa este martes. Foto: AP.
"Esa es una mejor posición de la que teníamos hace 24 horas", dijo Ileana Ros-lehtinen, congresista republicana de origen cubano. "Creo que es la posición correcta que tiene que adoptar el Departamento de Estado", refiriéndose a la postura de Hillary Clinton después de reunirse con el Presidente Zelaya.
La congresista, conocida en Cuba como la "Loba Feroz" por aliarse a los secuestradores que intentaron retener al niño Elián González en los Estados Unidos, hizo tales declaraciones luego de recibir en su oficina del Capitolio al ex presidente hondureño Ricardo Maduro.
Con semejante entusiasmo de una señora célebre por estar ahí donde aparezcan las peores causas, cualquiera se inquieta y empieza a preguntarse por qué a estas alturas el Departamento de Estado no ha definido claramente si lo que ocurrió en Honduras fue o no un Golpe de estado, por qué la mediación cae sobre un personaje como Oscar Arias, y por qué a la Clinton se le escapa que no quiere prejuzgar sobre los resultados...
Ella, por primera vez desde que se inició el golpe, se abstuvo de mencionar que la posición de Estados Unidos entre los potenciales acuerdos era insistir en el retorno del presidente Manuel Zelaya al poder. También dijo, después de reunirse con Zelaya, "ahora que tenemos un proceso de mediación... no deseo prejuzgar lo que pueden acordar las partes. Hay muchos temas que tendrán que ser discutidos y acordados".
Zelaya no acompañó a Clinton en su presentación ante los reporteros, debido tal vez a que Obama había declarado en Moscú horas antes que defendía al presidente constitucional no por simpatía personal sino por principio de defensa de la democracia. A la entrevista de una media hora tampoco se permitió el ingreso de reporteros, de modo que no quedó siquiera una fotografía de Clinton y Zelaya juntos.
Sin embargo, hay fotos de todos colores y hasta una entrevista con dos personajes vinculados al golpismo mediático venezolano: Alberto Federico Ravell y Leopoldo Castillo, este último embajador de Venezuela en San Salvador, en pleno auge de las dictaduras latinoamericanas amparadas por Washington.
Clinton también habló personalmente, vía telefónica, con Micheletti, gesto que según los analistas es un giro en la posición de Estados Unidos. Este país estaba siguiendo hasta hoy la posición de la OEA, que llegó incluso a suspender a Honduras como miembro del organismo.
Si esto no son dos niveles del discurso de la administración Obama, que venga Dios y lo certifique. No solo parace haber dos carriles, sino un juego perverso en todos los frentes.
(Cubadebate con información de AP)