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Joven con discurso viejo

Por: Hugo Ríus
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Sebastian Kurz va camino a convertirse en el jefe de gobierno de Austria. Foto: Archivo

Sebastian Kurz va camino a convertirse en el jefe de gobierno de Austria. Foto: Archivo

No obtuvo una mayoría absoluta, pero con el apoyo conseguido hasta ahora en las elecciones legislativas en Austria realizadas este domingo, Sebastian Kurz va camino a convertirse en el jefe de gobierno más joven del mundo, según la BBC  Mundo.

Ciertos medios poderosos procuran que el público se fije más en los récords, en el superficial atractivo que ejercen en la vida política los jóvenes que sobresalen, como en este caso, en  quien con sus 31 años de edad ya  le endilgaron el mote de “niño prodigio”.

Pero con esta sola credencial no basta si las proyecciones del previsible triunfador carecen de un progresismo fresco, y en su lugar se ciñe a rancias ideas derechistas que predominarán en un futuro gobierno para  el cual el añejo Partido Popular que lidera Kurz deberá según pronósticos conquistar alrededor de un 30 por ciento de los votos, mientras el ascendente ultraderechista Partido de la Libertad un 26 por ciento frente a la Socialdemocracia con un 27 por ciento.

Hasta donde se conoce de su discurso electoral, puede esperarse más acuerdo con los vecinos países de Austria para detener el flujo de inmigrantes a través de Grecia, limitar los beneficios a los refugiados, y prohibir a los inmigrantes legales que obtengan ayudas sociales antes de haber residido en el país durante cinco años.

Para expertos analistas el palpable auge de la derecha en Europa occidental se corresponde con la creciente insatisfacción, el escepticismo o incluso el rechazo abierto a los partidos políticos y las élites tradicionales que de una forma u otra han estado en el poder desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Se han publicado 7 comentarios



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  • Andrés dijo:

    Es cierto Hugo. Lamentablemente se trata de vino viejo en copa nueva. Llevo más de una década viviendo en Europa y observando estas tendencias de cerca. Indiscutiblemente este joven posee mucho talento, es un buen negociador y tiene mucho carisma. Es siempre muy refrescante ver a jóvenes como estos con tanto dominio de si mismos y con tanto sentido de articulación. Enmanel Macron en Francia, el cual no es mucho más viejo que Kurz, es parte de lo mismo.

    Pero es vino viejo en copa nueva. Al igual que Macron, Kurz no es un caso aislado sino más bien la regla de en lo que se va convirtiendo el mundo industrializado. No estoy necesariamente generalizando, pero, al menos en el mundo desarrollado, especialmente, aunque no solamente, en Europa, la generación de este joven político tiene ese tono. Son los hijos de la generación de los 60 pero están reaccionando a los errores de esta, y lo están haciendo por el lado equivocado. Es algo a lo que la filosofía social neoliberal, con toda su carga de individualismo, regresión e inseguridad, ha contribuido notablemente. Este es el contexto en el que estos jóvenes han crecido.

    Lo más peligroso es que estos jóvenes probablemente han asimilado de forma orgánica los valores de la modernidad y se identifican perfectamente con los tópicos de la era actual. Probablemente no tengan problema con la diversidad de género, o de filiación sexual, o con peras raciales mixtas, incluso muchos de ellos están casados con gentes de otros países (Niall Ferguson es nacido en los 60, pero es un buen ejemplo). Muchos están a favor de la legalización de drogas blandas (un asunto considerado progresista en muchas partes del mundo), e incluso tienen amigos extranjeros a los cuales aprecian genuinamente. Y si se topan en una fiesta o en una disco contigo, probablemente sean excelentes colegas de juerga. Sin embargo, cuando exploras su comportamiento con más detenimiento, encuentras que reproducen una visión del mundo retrógrada, agresiva, intolerante, poco compasiva, y profundamente clasista. Si eres extranjero y perteneces a la clase pobre, entonces te tratan como un paria, y si perteneces a la clase materialmente exitosa, entonces te conminan a comportarte como ellos (mirar caso de Iris Ali, esposa de Ferguson). Esa forma de sociedad, de más está decir, acabará destruyendo todos los logros de la posguerra en Europa, sobre todo en términos de integración racial y étnica, pero también en términos de justicia social, de igualdad y de solidaridad.

    Es el color de la generación joven por esta parte del mundo. Pero no todo está perdido. Nunca es así cuando hay jóvenes involucrados. Nada más observar el increíble impacto que tuvo Bernie Sanders en los jóvenes norteamericanos. O el impacto de Corbyn en Gran Bretania. Yo, que soy nacido a mediados de los 70, me encontré sorprendiéndome gratamente al ver estas cosas. Francamente no me lo esperaba. Pero me volvieron a recordar la energía y el sentido de justicia implícitos de la juventud.

    De cualquier modo, vamos a concederle el beneficio de la duda a Kurz. Veremos que trae entre manos. Tiene mucho que aprender y está en una fase de la vida dónde la gente aún tiene el valor de empezar de nuevo si sienten que han tomado el camino falso. Mirar ejemplos de Asoka y Gandhi.

  • Samurai... dijo:

    Mira que nos gusta criticar todo...Oss.

  • joloro dijo:

    Una alerta roja para todo el planeta,la derecha mas recalcitrante avanza por Europa,estan a tiempo los políticos de corregir el rumbo y no esperar que se repita una historia que ya la humanidad sufrió.

  • Manuel dijo:

    La extrema derecha que avanza en Europa no es la clásica. La dirigente de Aternativa para Alemania, Alice Weidel es una lesbiana casada con una mujer nacida en Shri Lanka. Sus votos se nutren del electorado de la izquierda representado por trabajadores que temen a la competencia de los inmigrantes. Atacan al islam desde ideas progresistas de defensa de los derechos de las mujeres. El eslogan "burka no gracias, mejor bikini" refleja una orientación nada afín a la derecha clásica.

    Triunfan porque la izquierda tradicional europea no responde a las preocupaciones de la clase trabajadora.

    Conozco una mujer española que sirve en las casas y que le pidió al ayuntamiento un alquiler social. Se lo negaron y se lo concedieron a una familia de inmigrantes argumentando que como era española no estaba en riesgo de exclusión social. Es la votante potencial de esos partidos.

    • Andrés dijo:

      Efectivamente Manuel. Es una constelación diferente, y mucho más peligrosa. Los votos de la extrema derecha moderna en Europa vienen en parte (solo en parte) de los votantes tradicionales de izquierda, que han visto sus derechos totalmente erosionados.

      La izquierda europea actual, sobre todo su ala socialdemócrata, no existe, pues ha aceptado los presceptos neoliberales, lo cual ha contribuido a su auto-aniquilación como fuerza política. Los partidos que tradicionalmente dominaron el ámbito político de la Europa de posguerra, han perdido todo contacto con la gente y por lo tanto toda relevancia. En este contexto, el discurso racista y xenófobo de la derecha ha ganado fuerza dentro de los trabajadores, que asocian al inmigrante con toda su desgracia. De más está decir, esto no es cierto. Por ejemplo, en Alemania, las contribuciones netas de los inmigrantes al fisco son mayores que la de los nativos. Es el estado de bienestar el que ha fallado. Y la gente cuando se siente insegura se pone agresiva y toma malas desiciones.

      Si acaso, los trabajadores y los inmigrantes son ambos víctimas de las políticas de inseguridad que han caracterizado a la era neoliberal. Deberían unirse y luchar contra el enemigo común. Pero la izquierda no ha sabido explicarlo, entre otras cosas porque se ha creido el discurso tecnócrata de la meritocracia capitalista, y ha dejado a un lado los grandes temas comunes del pasado, que abogaban por justicia social. El resultado es que la sociedad se ha fragmentado, y lo que antes era parte de un discurso emancipatorio se ha convertido en una pugna de intereses particulares sin proyecto común que los aglutine. las feministas tiran para su lado, los antiracistas tiran para el suyo, los homosexuales tiran para el suyo, y los obreros tiran para el suyo.Ya no lo hacen como parte de un programa de cambio social profundo, sino para beneficio de su propio feudo. Muchas veces se pelean no con los otros, y son incapaces de unirse. Y es que en una sociedad que no tiene objetivos comunes, toda la carga emancipatoria del feminismo, del antiracismo, etc se pierde, o peor se coopta. Ese es el resultado del fracaso de la izquierda. Ahora tenemos mujeres, homosexuales y gentes de razas oprimidas que han conseguido cierto éxito económico y que reproducen la logica divisiva y clasista del discurso neoliberal. Ellos son los que se han vendido como la izquierda actual europea, la cual, obviamente, es impresentable y odiada por las grandes mayorías. En los Estados Unidos, Trump es un resultado de este proceso.

      • david dijo:

        Muy interesante comentario. Me ilustró brevemente qué está sucediendo en tema política en Europa. Gracias.

      • Andrés dijo:

        Gracias david. Por favor perdona las impresiciones ortográficas que encuentres. Son resultado de la premura.

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Hugo Ríus

Hugo Ríus

Periodista de Prensa Latina. Msc profesor titular de la Facultad de Comunicación. Premio Nacional de Periodismo José Martí.