Catar ha anunciado este martes que va a aumentar un 30% su producción de gas de aquí al año 2024. La noticia, justo cuando el emirato se encuentra sometido a la presión económica de sus vecinos, y supone un enviste en medio de las crisis diplomática con Arabia Saudita y sus aliados, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Egipto (Fuente: El Mundo)
Guillermo TellEsta ha sido una de las respuestas más contundentes del pequeño Estado de la región de El Golfo de 1 586 km² y una población de algo más de dos millones de habitantes, frente a demandas de los citados vecinos cuyas exigencias considera como afrenta y acto de presión contra la independencia en política exterior.
Al cierre de la edición se mantenía el pulso de tendencia hegemónica del reino saudí y la resistencia catarí a un diktak de imposición de 13 condiciones que incluían aceptar un apoyo no comprobado al terrorismo, cerrar la cadena informativa Al Yazera y romper vínculos con Iran para suspender un férreo bloqueo comercial y de transporte impuestos en la actualidad.
Merece saludarse siempre la defensa de cualquier nación, por poco territorio que tenga, de su libre autodeterminación sin perjuicio de otros, pero si además de dignidad dispone de recursos la causa se libra mejor. Como no si se trata del primer exportador mundial de gas natural licuado, que proyecta pasar de 77 millones de toneladas a 100 millones anuales, de acuerdo con el anuncio del presidente de Qatar Petroleum (QP), Saad al Kaabi.
Debería presumirse por sentido común que todos los Estados de la región que suministra la mayor parte de la energía no renovable del mundo lleguen a una avenencia, pero en el ya convulso escenario del Oriente Medio intereses imperiales, extra regionales interfieren coyunturalmente.