La revelación de las cuentas panameñas que están dado la vuelta al mundo se mira con lupa en Brasil. Entre los nombres brasileños que han salido a relucir entre los denominados Panama Papers destaca, sobre todo, uno: el presidente del Congreso, Eduardo Cunha, investigado en el Caso Petrobras, también figura, según los medios brasileños que han tenido acceso a estas informaciones, entre las nómina de personajes políticos con cuentas en este paraíso fiscal. (Fuente: El País)
Guillermo TellMientras que en esta trama planetaria de fraudes aparece uno de los mascarones de proa de las maniobras de desestabilización del gobierno de la presidenta Dilma Roussef y sus realizaciones sociales, el diario francés Le Monde apunta a dos hombres de confianza de Marine Le Pen, la cabeza del ultraderechista Frente Nacional.
Como se suele decir en lenguaje popular cubano parece no quedar “títere con cabeza” a juzgar por los nombres y apellidos que van saliendo gradualmente a la luz pública y que incluyen a gobernantes, políticos en activos, integrantes de casas monárquicas, astros del deportes e ídolos de las pantallas del entretenimiento. Aunque tal vez no estén todos los que son.
Amasadores de enormes fortunas, que burlando así el fisco, privan a los Estados de recursos para los presupuestos en gastos sociales, mediante procedimientos opacos prácticamente institucionalizados bajo las condiciones y “valores” del capitalismo egoísta, lo que no se debe perder de vista sin detenerse solo en el ruido del escándalo mediático e ir más allá en el análisis del fenómeno.
Al menos hay que preguntarse por qué las revelaciones se concentran únicamente en Panamá cuando también existen paraísos fiscales en Suiza y otros centros europeos y del Caribe semicolonial. ¿Qué sistema y estructura los protege, pese a los pronunciamientos en contra en foros de Naciones Unidas? Por lo pronto bienvenido sea este deschave, y su potencial pedagogía.