Gisela Galeano, de 27 años, lleva seis meses yendo al comedor para los pobres y está convencida de que Macri le quitará la asignación de sus dos hijos…“Antes de que asuma (el poder) el presidente, el kilo de milanesa (escalope empanado) subió de 70 pesos a 140. Esta semana bajó a 98 (6,12 euros), no sé si porque el carnicero no vendía nada”, comenta Gisela. (Fuente: El País)
Guillermo Tell
Macri.
Prensa ibérica de este talante que nunca desperdició brechas para atacar al gobierno peronista de Cristina Fernández, parece rendirse ahora ante los datos recogidos en un reportaje que anticipan inquietantes impactos para las capas sociales más desfavorecidas en Argentina bajo el recién estrenado mandato ejecutivo de proyección neoliberal.
Con la eliminación instantánea del llamado cepo cambiario instaurado por su antecesora la moneda nacional se ha depreciado en el 27,7 por ciento, alentando la especulación con los precios. De tal manera, que según datos de la Asociación Consumidores Libres se encarecieron sobre todo la carne vacuna, los espaguetis, el agua, la harina de trigo, el jabón en polvo y la yerba mate para la infusión más popular.
Se estima que durante la administración saliente 3,6 millones de hijos de parados y trabajadores informales recibían cada mes una asignación universal per cápita equivalente a 52 euros, lo que Gisela y otras madres entrevistadas temen perder ya que representaba alivio a una tasa de pobreza que fuentes autorizadas calculan que ronda el 20 por ciento.
Medios locales reportan a su vez la emersión de amenazas de despidos y rebajas salariales por organismos estatales y corporaciones privadas con la luz verde extendida para actuar sin cortapisas contra conquistas sindicales, mientras se asalta mediante decretazos y uso dela fuerza la Autoridad Federal de Servicios Comunicacionales y Audiovisuales (Afsca) encargada de frenar el monopolio mediático antipopular.
Son los primeros anticipos de lo que significará la reconquista electoral del poder por la derecha desplazada en distintos países de nuestra América y que previsiblemente perfila en su rearmada contraofensiva un retorno de horca y cuchillo.