El bautizado como el “milagro del fracking” se desmorona. El número de firmas que se están viendo forzadas a reorganizar sus estructuras o suspender pagos no para de crecer porque no logran efectivo para refinanciar la deuda. El caso más sonado es el de Samson Resources. La compañía fue adquirida hace cuatro años por KKR tras desembolsar 7.200 millones de dólares (6.640 millones de euros), 4.000 de ellos en deuda. Entonces pareció una operación redonda. (Fuente: El País)
Guillermo Tell
Tal como se aprecia son los fríos cálculos de inversión y voraces ganancias las que ostensiblemente empiezan a dar al traste por ahora al frenético procedimiento de perforación hidráulica con arena y sustancias químicas a bajas profundidades que luego se extiende horizontalmente a lo largo de kilómetros pulverizando rocas para extraer gas y petróleo.
En ningún momento las firmas estadounidenses implicadas en esa fiebre aluden a los verificados impactos socioambientales entre los que se cita la disminución de la cantidad de agua disponible, lo que pondría en peligro los ecosistemas y la realización del derecho humano al agua y a la alimentación. O la contaminación de las fuentes hidrícas, O la advertencia de expertos de que al menos 25% de las sustancias utilizadas en las distintas mezclas de perforación pueden causar cáncer y mutaciones, 37% afectar al sistema endocrino, 40% provocar alergias y 50% dañar el sistema nervioso.
Solo los vaivenes del mercado que ha puesto a 50 dólares el precio del barril de petróleo como máxima perspectiva parece detener momentáneamente a un número de compañías guiadas por el afán de rentabilidad y gruesas utilidades, y a los grandes bancos a dejar de proporcionar préstamos. Al menos una docena de endeudadas firmas del sector comenzaron a cerrar los pozos más costosos.
Pero tampoco hay que hacerse demasiadas ilusiones ambientalistas ni bajar la guardia los que denuncian al fracking, porque en cuanto la coyuntura del mercado les sea favorable a esas compañías volverán a seguir contribuyendo al calentamiento global y a la destrucción de la naturaleza. Está en la lógica del capitalismo.