Iraq encuentra dispositivos de espionaje en los aviones comprados a Estados Unidos. La fuerza aérea del país ha enviado una carta al fabricante del caza F-16, en la que demanda explicaciones. (Fuente: RT)
Guillermo Tell
Bajo el pretexto de un montado embuste Estados Unidos puso en marcha un plan preparado de antemano. Atacó, invadió y ocupó Iraq a un altísimo precio de vidas civiles, y arruinó al país. Y cuando llega el momento de retirar sus tropas deja instalado cuanto medio posible para mantener su control.
Fueron los propios mandos iraquíes los que hallaron en esos aviones dispositivos de grabación producidos nada menos que por la compañía israelí RADA, diseñados para el procesamiento de la información recogida, desde las posiciones de navegación hasta lo que conversan los pilotos. Pero según esa fuente, lo mismo ocurre con los F-16 adquiridos por Egipto, Turquía y Omán.
La comandancia de la fuerza aérea pidió explicaciones a la empresa estadounidense Lockheed Martin, y hasta la fecha sólo ha recibido la callada por respuesta. Además de que quien calla otorga, el incidente muestra la desconfianza del imperio, acaso la adquirida conciencia de que definitivamente no se le quiere en ninguna parte, menos en un país tan castigado.