Los gobiernos de Bolivia y Venezuela rechazaron un informe de Estados Unidos que los acusa de fracasar en sus obligaciones en la lucha contra el tráfico de drogas en los últimos doce meses. (Fuente BBC).
Guillermo Tell
Qué se esperaba que hicieran, si cada vez que desde Washington se quiere denostar contra cualquier gobierno digno, desobediente a sus dictados imperiales, se le pega una etiqueta o se le inserta en llamadas listas negras, ya sea en lo que drogas respecta o al terrorismo, en lal que año tras años colocan absurdamente a Cuba.
Ni una sola palabra sobre la ardua lucha que libran las autoridades de los dos países suramericanos para eliminar campos de cultivos ni las incautaciones sustanciales de narcóticos con que se frena el tráfico transfronterizo y sus apreciables resultados.
El presidente Evo Morales se ocupó de recordar que detrás del alboroto de las listas no hay más que un burdo manejo político, la justificación para seguir desplegando su permanente estrategia intervencionista en la región.Y todo eso, sin ninguna autoridad moral para juzgar a los demás si Estados Unidos es el mayor consumidor de drogas ilegales, el principal incentivo de los traficantes, la fuente de su enriquecimiento y en última instancia el origen de la violencia que han desatado entres sí en el vecino México o en Colombia.