Miles de habitantes de escasos ingresos del noreste de Estados Unidos se aprestan para pasar un difícil invierno a causa de la reducción de la asistencia federal para afrontar los pagos de calefacción. (Fuente: Associated Press)
Guillermo Tell
Mientras el gobierno imperial no escatima en rescatar sus emporios bancarios y hasta los "millonarios desempleados" una cínica categoría social muy sui generis, recibirán ayuda estatal, residentes de bajos recursos se las verán color de hormiga en el habitualmente crudo y largo invierno en el Estado de Massachusetts.
Varios Estados del noreste ya han reducido la ayuda de calefacción para las familias y el Congreso estudia un recorte de más de mil millones de dólares del presupuesto del año pasado de cuatro mil 700 millones de dólares delPrograma de Ayuda Energética para Familias de Bajos Ingresos que ayudaron a casi nueve millones de hogares.
Para muchos pobres y ancianos que viven con presupuestos reducidos, incapaces de afrontar costos de calefacción ascendentes a miles de dólares, la alternativa que les quedá será reducir drásticamente la cobertura de otras necesidades como alimentos y medicinas.
John Drew, al frente de la organización Action for Boston Community Development, Inc., que auxilia a sectores en desventaja lo resumió en tétricos términos: "tenemos a mucha gente aterrada, que no sabe como va a sobrevivir" apuntando críticamente que "están jugando la ruleta rusa con la vida de la gente".