Los indignados han decidido en la asamblea celebrada esta mañana que permanecerán en la Puerta del Sol "como mínimo una semana", matizando así su primera propuesta, que establecía que seguirían "indefinidamente" hasta que "se cumplan los objetivos" de la palataforma 'Democracia Real Ya'. (Fuente: El Mundo)
Guillermo Tell
Mientras corría una puja electoral más por los beneficios del poder entre los dos partidos tiburones dominantes, con plataformas políticas en el fondo idénticas por sistémicas, vacías de soluciones para las carencias populares, un lenguaje otro, contrapuesto, continuaba resonando en la ya simbólica Puerta del Sol madrileña.
Las distintas comisiones de un movimiento que ha mostrado sorprendente capacidad organizativa se debaten en torno a que seguirá a continuación, con una idea predominante:"sino no nos quedamos, abandonamos, y si abandonamos no va a pasar nada... Nada bueno". Como menos, la desmovilización y el silenciamiento de la protesta, y ya se proyecta el pensamiento de que después de Sol hay algo más: están los barrios, las comunidades, está nuestra voz y hay que escucharla.
Pocos esperan algo concreto de los dos partidos que se alternan en el gobierno, pero el masivo movimiento en las plazas españolas ha dejado ganancia y crecimiento en la conciencia ciudadana acerca del agotamiento de un modelo político, económico y social que no se aguanta más.