De acuerdo con la declaración formulada en una audiencia legislativa en Washington por el comandante Gomecindo López, integrante de la Unidad de Operaciones Especiales de la policía de El Paso, diversos integrantes de cárteles de la droga tienen su residencia habitual en territorio estadunidense, realizan sus negocios en México y luego vuelven a cruzar. (Fuente: La Jornada)
Guillermo Tell
Narcotráfico y violencia en México.
Pocas dudas parecen quedar de que si las autoridades anti narcóticas de Estados Unidos, con todos los cuantiosos recursos de que disponen no han efectuado una batida en forma contra el tráfico entre ese país y México debe ser porque median enormes intereses económicos en juego. Y con toda lógica el diario mexicano señala que aunque los cuerpos policiales dispongan de abundante información sobre la delincuencia organizada, ello no se traduce necesariamente en capturas.
Como antecedente se agrega la indulgencia de que se benefició el Banco Wachovia una vez que se descubrió que esa empresa realizó, en cosa de dos años, operaciones irregulares por 374 mil millones de dólares que posiblemente constituyeron una colosal operación de lavado de dinero. Y a ello se suma el contrabando de armas de fuego con destino a las bandas violentas, que en fecha reciente escandalizó a la sociedad mexicana.
Así, mientras la DEA pronuncia habituales actos de fe contra los narcotraficantes, integrantes de los cárteles pernoctan a piernas sueltas en territorio estadounidense como si estuvieran en casa propia. Si acaso no se trata de una doble cara del país hospedero, que alguien ilumine nuestras entendederas.