El primer ministro británico, David Cameron, fue acusado de "falta de sensibilidad" por la gira que está realizando por los países árabes acompañado por empresarios de la industria armamentística, 36 en total. (Fuente: BBC)
Guillermo Tell
David Cameron
La gira en curso ha caído como una bomba en círculos parlamentarios e influyentes medios londineses, que cuanto menos la califican de "de torpeza increíble". Otros se devanan los sesos tratando de establecer a qué viene precisamente ahora, en medio de las convulsiones que se registran en la región eso de salir a vender armamentos, que lo mismo sirven para defender las fronteras que para reprimir internamente.
Una de las escasas explicaciones vertidas por Cameron revelan consideraciones esenciales: Debido, dijo, a "fuertes relaciones de defensa con las naciones de la región...y algunos de los vínculos que hemos tenido en el Golfo han servido muy bien a los intereses británicos". He aquí en esto último, sobre todo, la clave principal que se traduce en seguir garantizando el acceso seguro y estable a las fuentes petroleras, y para ello hace falta mantener el conveniente orden político, al margen de cualquier otra aspiración de los nacionales de esos países.
Vaya, que para los fríos intereses en juego la sensibilidad siempre estorba.