Las agencias de inteligencia de Estados Unidos enfrentaron en el Congreso duros cuestionamientos de los legisladores ante su desconocimiento sobre los puntos de vista e intenciones del grupo Hermanos Musulmanes en Egipto y acusaciones de que la revuelta que forzó la caída la semana pasada del presidente Hosni Mubarak los tomó con la guardia baja. (Fuente: AFP)
Guillermo Tell
Puntualizo que lo de inteligencia no debe tomarse al pie de la letra, si acaso sólo como un término convencional que se le suele otorgar al espionaje, y nunca,y este es caso que nos ocupa, como el ejercicio del análisis profundo, lúcido y anticipatorio, porque todo el costoso aparato de las agencias estadounidenses desplegadas desde hace décadas en Egipto, por lo visto "estuvo en el pueblo sin ver las casas".
Oh sorpresa, que no pudieron o no quisieron divisar el descontento popular que se venía acumulando cual bomba de tiempo que terminó estallando, mientras Washington, en consonancia con sus intereses imperiales, destinaba colosales recursos financieros y militares para apuntalar al ahora régimen abusivo en bancarrota, hoy nada más que sin Mubarak, la cabeza visible.
Pero tampoco debemos interpretar las críticas legislativas del Capitolio como contentivas de alguna pizca de la inteligencia verdadera, si todavían navegan por las aguas de los adocenados estereotipos maniqueos, cuando se concentran en identificar a un presunto demonio solitario y malvado, esto es, la organización Hermanos Musulmanes de largo y amplio arraigo en la vida política del país, la que por cierto, ha proyectado durante el proceso de protestas, una posisión discreta y atemperada con el curso de los acontecimientos y su probable alcance.
Ya se puede otear la intención de fabricar un lobo feroz para provocar miedos, al estilo de las cintas hollywodenses de de héroes y villanos extremos, despojados de matices y gradaciones, y por supuesto carentes de contextos sociales que revelen verdades de fondo. Sólo que esta vez se presentan inconvenientes tales como que las masas egipcias no volverán a ser las mismas de antes de las revueltas, algo importante aprendieron, y no es poca cosa.