La India ha dejado de ser El Dorado de la ingeniería civil. Hasta hace no mucho, el país ocupaba un lugar privilegiado en el panorama mundial dentro de la tecnología y la ingeniería. (Fuente: The New York Times)
Guillermo TellDiversas fuentes informativas tratan de desentrañar la razón por la cual el país asiático exhibe hoy un paisaje de puentes derrumbados, vías férreas desvencijadas, baches en las carreteras y una red eléctrica poco fíable, cuando siempre contó con un impresionante potencial de ingenieros altamente calificados, gracias a una sólida política estatal de formación y desarrollo en ese estratégico campo.
Todo apunta a subrayar como causa esencial el saqueo abusivo de las mentes más brillantes mediante tentadoras ofertas salariales por parte de Estados Unidos y otros países ricos de Europa, que dejan desprovista a la India de suficientes licenciados, a pesar de que el gobierno tiene el propósito de destinar 500 millones de dólares a obras de infraestructuras en 2012. Esto es, lo mucho para los holgados, y lo poco para los que más necesitan, según la praxis de la globalidad asimétrica.
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